Carta a un Inhóspito

Cruel, maldito y despiadado hijo del infierno que a nadie avisas.  Llegas sin invitación y te haces dueño. ¿Quién te dió permiso para anidar en el centro de mi universo? Si pudiera arrancarme este dardo no escatimaba el intento.  Eres fuerza que arrastras y te llevas todo  igual a un tornado sin previsto. ¿Porqué destrozas así mi vida y dejas inconclusos mis sueños? ¿Porqué lastimas así a los míos?  Te aseguro que odio igual jamás había sentido. Hoy me tienes en rabia, desvarío y dolor pero te aseguro maldito que estaré en un sitio mejor.

Me dejastes sin sol, sin lluvia, estrellas, sin siembra, pero aún cuando mis tierras queden áridas verán germinar mis deseos porque no soy débil estrella desarpercibida, soy astro que brilla con luz propia y aún en esa noche negra me haré brillar, sobre muchos seré desvelo. Y no por tristeza, ni lamento sino porque de amor será el recuerdo dándoles razón de aliento, consuelo y risa . 

           No pasé por mi paso con prisa y tú me haces huír, pero quedo para lo eterno porque cobarde no soy.  Abro mi ventana, voy al paraíso; y tú quedarás solo para destrosos y no habrá memoria de tí cuando alguien más fuerte que tú maldito, te silencie para siempre. 

Y solo me resta decirte que aunque mucho me haz hecho sufrir en este momento me gozo y soy muy felíz. Lo tuyo fue temporal y mi victoria celestial  pero si volvieras a mi cuerpo a recurrir te digo desde ahora que a mí no me has vencido porque yo como el Apóstol Pablo lograré decir: ¡Llegó el hacha del verdugo que frente a Mi Rey me hará subir!

(Escribí esta carta en medio de un desagradable, cruel y maldito diagnóstico de cáncer en proceso, que luego de biópsias, tratamientos y cirugías y Gracias a un Dios maravilloso que siempre estuvo presente al igual que mi amada familia y amigos pude salir libre de cáncer de mamas. Espero con toda fe que algún dia no muy lejano podamos escuchar que ese maldito y despiado hijo del infierno ha sido silenciado para siempre, que sea hayada la cura).