El Brillo de Tu Mirada

Las luciérnagas están tristes, las estrellas lloran,

En las mañanas ronco gemido se escucha

el cielo está asombrado del brillo de tu mirada.

El sol grita y se queja dejó de ser el protagonista

de la estelar madrugada; Los mares murmuraron

cuando las nubes pasaron buscando el azul intenso

que a las aguas le prestaron.

El parpadeo, el brillo y ese estelar reflejo

 que protagoniza tu mirada provocan el llanto

 y el gemido de todos los astros juntos.

Y Qué Le Digo Al Corazón

                                 Y que le digo al Corazón que ya se siente desmayar,

Qué le digo cuando me grite tu nombre y al buscar

tu presencia no te encuentre ; Qué le digo cuando en

la noche me pregunte por tu piel y en el  frio lecho

se me arranque el alma y prefiera morir.

Qué le digo al corazón cuando al rayar el alba no encuentre

tu presencia y el sol  que amenaza candente no logre

mi cuerpo calentar. Qué le digo al Corazón cuando

Al escuchar la voz de tu silencio mi vida en trozos

comienze a gritar y mi seco eco no quiera repetir

las cosas hermosas que el viento con tristeza arrastra

y se lleva muy lejos sin siquiera tú haberlo escuchado.

No vas a venir, no vas a irte, no vas a reposar; Qué le

digo cuando vagando con mi sufrir más impotente

que nunca te llame y no me escuches porque te has ido.

Dime qué le digo al corazón cuando angustiado me pregunte

por tí,  en dónde te escondistes. Cuándo la noche llegue y

cierre la puerta, cuando baje las cenefas y los grillos

canten, cuando la noche se nuble sin razón y llueva

por el engaño, cuando vayan las luciérnagas marchando,

Dime qué le digo al corazón.

Embrujo

Me envuelves en un remolino, en un éxtasis sin igual que deja mis sentidos sin voluntad.  No puedo resistir la tentación de correr en hipnósis hacia tus brazos diciéndote no me encuentres y cuando amanece sin saber cómo, desnuda en tu lecho despierto. Dime en verdad que es lo que me has hecho, que no quiero pensarte y al cerrar mis ojos tus besos, tu olor, y tus caricias sin querer es lo único que yo recuerdo. Qué es eso sobrenatural que me has dado, dime cómo a mi corazón le devuelvo la dignidad para que mi alma recobre la capacidad de amar. Ya ni siquiera sé cómo mi vida seguir, me lastima tenerte y tu lejanía me atormenta. Tu presencia es el oxígeno que  mis pulmones respiran y tu ausencia  es el fuerte flujo que  mis venas revientan. Dime por favor cuál es tu misterio para sacarme de encima de una vez y para siempre esa magia, ese poder maligno de tu embrujo.

Saciada

Quién dijo sol cuando existen tus ojos que iluminan mis dias y aún a mi negra noche deja en alba. Quién dijo cobija cuando existen tus brazos que al hielo de mi cuerpo derrite.  Quién dijo néctar cuando existen tus labios; Fruto fresco que mi boca sacia y llena de dulzura mi exigente paladar obligando a mis sentidos a volver por más.

Quién dijo lluvia cuando existe tu aliento que al recorrer mi cuerpo los ríos de mi sudor te bañan confundiéndose con ese olor a hombre  que jadeante en él se quiere refrescar. Quién dijo alas cuando envuelta en tus sábanas mi mente por las nubes vuela y subiendo y bajando las esferas  hasta los copos de nieves derretidos me entregas.

Quién dijo luna  cuando eres mi cielo inmenso con todas sus estrellas la Osa Mayor y la Menor que salen  por mi Norte y por mi Sur; eres mi Orión y yo soy tu Alfa, tú el cazador y yo tu carnero y en el centro de mi plato tu Alioth  enciende  mis deseos  parpadeando y brillando hasta dejar todo mi cuerpo como constelación ardiendo.

Procesión de Un Amor Muerto

Llevo flores, velas encendidas, ropas negras pero falta rezo, camino lento y el peso del ataúd me deja sin aliento. Saboreo sales en mis labios de las que una a una mis mejillas van mojando, son mis lágrimas que en silencio voy limpiando. La caravana se quedó en el festejo y todavía no alcanzan el férretro; Que sigan brindando yo sigo con mi entierro, sepultando cuentos. Canto a solas,  prendo el incienso, quemo con olores todos los recuerdos. Abro la capilla proclamo el sermón, salgo corriendo al umbral de la puerta, abrazo  fuerte mi espalda, dándome palmadas yo misma me consuelo. Mientras la comitiva se desborda, no en pésames ni condolencias, sino en risas, felicitaciones y besos. Ni cuenta se han dado que celebran lo que desde hace mucho yace tieso, y a ello les dan vítores y hurras; Yo no los culpo si yo misma de eso invento, les doy esperanza diciéndoles responsos que ni yo misma entiendo. Celebren, gozen y canten no tienen porqué llorar y llevar a enterrar promesas que no han hecho. Yo me encargo de los despojos, de velar, llorar, sepultar y guardarle  luto a ese amor muerto.

Qué Importa La Piel

¿Has dejado de sentir, se detuvo tu palpitar?

Entónces porqué renunciar al placer de

sentirse felíz si existe un corazón latiendo.

Preguntó acaso el sol al alba si en el momento

de ella asomar después de muchos despertares

 Si alumbraba su  dia o si la podía calentar.

Le dijo acaso el viento a las olas del mar

no levanto tu marullo tu playa está muriendo.

Acaso no visitan sus orillas las tortugas que

decenas de años van viviendo y de la misma

sal van saboreando con su lento caminar huyendo.

Entónces qué importa la piel cuando por dentro

se está anhelando, cuando los sueños son eternos

y el deseo se hace inmenso aún cuando los surcos

van bordeando el contorno de lo externo  pero  la

piel del alma como flor en primavera floreciendo.